La caída del Capellán de La Cámpora

Íntimo amigo del Intendente Durañona, contaba hasta hace poco con la protección del entonces Obispo, Mons. Oscar Sarlinga. El párroco de la Iglesia San Antonio terminó su misión pastoral.

Juan Marcos Esperón
Sacerdote, casado, kirchnerista, acompañante de carreras de TC y cuestionado. Así podemos definir al Padre Juan Marcos Esperón, cura Párroco de la Parroquia San Antonio de Padua, en San Antonio de Areco.
El capellán de La Cámpora. Esperón fue designado como capellán de la policía local, del Hospital municipal y recibía un subsidio otorgado por el intendente del FPV, Francisco “Paco” Durañona.
Como capellán de la policía, el sacerdote pone a su camioneta una luz estroboscópica cada vez que sale a la ruta y se ven los rastros de su gusto por la velocidad en su forma de conducir.
Como capellán del Hospital Municipal, hizo presencia para sacarse fotos y subirlas a Facebook pero luego los vecinos denunciaron que los enfermos no estaban recibiendo asistencia espiritual.
Como kirchnerista, no tuvo problema en aceptar el subsidio del municipio, así como tampoco tuvo inconveniente en compartir la mesa con La Cámpora durante una visita de Hebe de Bonafini, ni en utilizar el patio de la Iglesia para tirar fuegos artificiales durante el festejo por la re-elección del Intendente Durañona. También, como kirchnerista, sacó una placa colocada en 2010 durante la visita del Nuncio Apostólico en el marco de un encuentro diocesano, en la que figuraba el nombre de la entonces Intendente, Estela Lennon; hoy opositora a la gestión de Durañona.

Placa robada
El pájaro canta hasta morir. Diríamos que los curas casados sólo están en la novelas, pero no es así. Esperón se casó con una mujer con la que comparte sociedad en una librería en la localidad de Garín, y un domicilio (que recientemente cambió por una casa quinta con pileta en Villa Lía). El matrimonio solo es civil, ya que el cura nunca pidió la dispensa formalmente a la Iglesia Católica, sino que se cambió a la Iglesia Católica Apostólica Argentina no Romana, a donde también está acusado de robo de dinero.
Ajuste parroquial. Lo primero que hizo cuando llegó a la Parroquia San Antonio fue aumentar el precio de los casamientos de $1200 a $1500, y comenzar a cobrar los bautismos –que nunca se habían cobrado- $1000. Para bautizarse había que hablar directamente con el sacerdote, no informar a la secretaria, y darle a él el dinero en un sobre cerrado.
Vendió muebles y objetos de la Iglesia, patrimonio de todos los arequeros, y pidió que se adelante la venta de una casa que la Iglesia recibió como herencia hace poco tiempo, solicitud que le fue negada.

Esperón fue acompañante de Oyhanart
Algo está cambiando. Pese a las quejas de los feligreses y a los pedidos realizados para que lo remuevan del cargo de Administrador Parroquial que Esperón tenía al llegar a la Iglesia, el anterior y cuestionado Obispo, Monseñor Oscar Sarlinga –actualmente investigado por lavado de dinero- lo confirmó en el cargo de Párroco. Cuando el entonces Obispo fue consultado sobre por qué Esperón había sido designado Administrador y no Párroco, respondió que “por una situación extraordinaria”, que es en realidad, su condición de Sacerdote casado.
El nuevo Obispo, Monseñor Laxague, le hizo una visita a Esperón el jueves 11: El ministerio del sacerdote, casado, kirchnerista y acompañante de TC llegaró su fin ayer, 28 de febrero.
La despedida. Si bien la última misa se celebró ayer a las 20 hs., el sacerdote prefirió despedirse lejos de las cámaras y de los periodistas: durante la misa del sábado 27 habría pronunciado unas palabras, en las que dijo pidió irse porque en Areco no es querido y que hubo gente que no lo quiso, incluso, antes de su llegada.
La última cena. Si bien la Parroquia San Antonio en el día de ayer, se encontraba llena de feligreses que esperaban que el cura se despidiera, este no lo hizo; sino que celebró la misa normalmente, delante de las cámaras de televisión, y no hizo mención de su situación.


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