La OMS coloca a los celulares en la categoría de posiblemente carcinógenos, con un nivel de riesgo parecido al del DDT y cloroformo.
¿El uso de teléfonos celulares es malo para la salud? El tema está abierto desde que los móviles tenían el tamaño de un pequeño ladrillo, en la década de los 90. Ayer volvió a tomar fuerza con la publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que coloca a los celulares en la categoría de posiblemente carcinógenos, con un nivel de riesgo parecido al del DDT y el cloroformo.
La noticia es de alto impacto, entre otras cosas porque se trata del mayor esfuerzo de sistematización de la información sobre este asunto jamás realizado. Dice que las radiaciones que emite un teléfono celular podrían estar relacionadas con un incremento en el riesgo de dos tipos raros de tumores en el cerebro, uno llamado glioma y otro (no cancerígeno) que afecta uno de los nervios que conecta el oído con el cerebro.
Será interesante ver lo que hacen la Cofetel, la SCT y la Secretaría de Salud. ¿Por qué yo? Podría preguntar Mony de Swaan, Dionisio Pérez Jácome o José Angel Córdova. El argumento para involucrarlos es simple. En Estados Unidos la Comisión Federal de Comunicaciones monitorea de forma permanente el tema.
En México hay 92.3 millones de suscriptores de telefonía celular. Descontando a todos aquellos que tienen más de un contrato, podemos asumir que más de la mitad de la población mayor de 12 años está en contacto cotidiano con esta tecnología. Los celulares no han terminado de expandirse en nuestro país. La edad de primer contacto se ha ido reduciendo y la población atendida no deja de crecer.
No sabemos si la OMS pretendía generar pánico, pero seguro que lo conseguirá. Los conspiracionistas podrán alegar que esto prueba que ha habido una estrategia de ocultamiento de la información. Más allá de las sospechas, el informe de la Agencia para la Investigación del Cáncer no permitirá cerrar el debate. “Tenemos una advertencia, desde el punto de vista de la salud pública. Hay 5,000 millones de personas a escala global”, dice Jonathan Samat, presidente del panel que emitió el informe. “Las conclusiones son sorprendentes. La abrumadora mayoría de estudios no han encontrado evidencias de vínculos entre celulares y cáncer”, dice David Savitz, experto de la Universidad de Brown, entrevistado por Los Angeles Times.
Con daño o sin él, se trata de una enorme industria. Tan sólo en México la facturación de la telefonía móvil supera 225,000 millones de pesos anuales. El informe de la OMS abre la caja de las dudas y las especulaciones. Ante él se deberá buscar información confiable. Es fundamental saber si ha habido un aumento de los casos de tumor cerebral en México, relacionados con el uso de celular. Por el momento, sólo tenemos informes hechos en otros lados, entre ellos destaca Disconnect, el libro que la reconocida epidemióloga Devra Davis le dedicó al tema: “No puedo decir que los teléfonos móviles son peligrosos, pero tampoco puedo afirmar que son seguros. No hay pretexto para no investigar a fondo”, dice.
Imaginar el futuro sin celulares es difícil, más bien imposible. El informe de la OMS no cambiará esto. En el mejor de los casos nos permitirá poner algunos límites razonables: cuidar su uso por parte de los niños y reducir los minutos de exposición. El informe de la OMS considera que más de 30 minutos diarios son riesgosos. Hay otros estudios que dicen que no pasa nada. Por si las dudas, ensaye con otras formas de comunicarse. Recuerde que lo retro está in. Pruebe las palomas mensajeras y las señales de humo.
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